Con la horrible experiencia del holocausto sobre sus hombros, la comunidad judía mundial ha abierto los ojos, ante el reciente atentado a una sinagoga en la ciudad de Caracas, donde los perpetradores profanaron el altar, derrumbaron el libro sagrado, y los candelabros, así como demás objetos del culto y pintaron consignas donde llamaban a dar muerte a los judíos.
La experiencia del holocausto todavía perdura en algunos sobrevivientes de esta masacre llevada a cabo por Hitler, en la Alemania Nazi. "Así comenzó todo en Europa", dijo Hillo Ostfeld, expresidente de la Unión Israelita de Caracas, entrevistado para un canal local, al referirse al incidente.
Notoria ha sido en estos días la expulsión del Embajador de Israel en Venezuela y es sabido el acercamiento del teniente coronel con el gobierno islámico de Irán, el cual expresamente ha amenazado a la nación de Israel con desaparecerla del mapa, con el poder nuclear que posee.
Ante los hechos, el presidente Chávez se ha limitado a acusar a la oposición de los hechos vandálicos realizados en la sinagoga de la comunidad judía en Caracas. Cualquier otro gobierno serio, habría ordenado una investigación y, antes de acusar, debería de presentar a los autores del hecho, sean quienes sean.
Ya es sabida la afición del mandatario de arremeter en contra de las religiones, porque ya lo ha hecho con la confesión católica en Venezuela, lo ha hecho con los misioneros norteamericanos mormones y evangélicos y ahora lo hace con los judíos y mañana...bueno, mañana le tocará a cualquier otra confesión que le obstruya el camino al comunismo, porque si de una cosa estamos claros en Venezuela, es de que el presidente, como todos los marxistas del mundo, es ateo. No cree sino en sí mismo.