Pablo Escobar adoraba a su hija Manuela. Quería tanto cumplir todos sus sueños, que cuando era pequeña le regaló un unicornio. La niña quería tener ese animal mítico y como el capo no pudo conseguirlo, simplemente hizo uno. Cuenta 'Popeye' que cogió un fino caballo de su finca y le pegó un cuerno de vaca en la frente. Días después el animal murió por la infección de esa improvisada cirugía. Durante varias décadas, la niña consentida del capo fue toda una incógnita. Por eso, unas fotografías que aparecieron este fin de semana de cómo es ahora, a sus 31 años, han causado revuelo. Las imágenes han sido reveladas por varios portales, entre ellos las2orillas, que hizo un completo recuento de la vida de la joven.