"No salimos de la cárcel arrodillados, ni caminando. Salimos volando". Esta respuesta que Patricio Ortiz Montenegro le dio al periodista Víctor Gómez, de la revista chilena The Clinic, puede definir de manera perfecta lo que ocurrió aquel 30 de diciembre de 1996. La historia breve dice que cuatro presos -condenados por delitos de asesinato y secuestro- se fugaron de una prisión chilena de alta seguridad a bordo de un helicóptero, bajo la mirada estupefacta de los guardias.