A las ocho, en casa. O, al menos, en teoría. Ante la amenaza del coronavirus, los bares neoyorquinos debían cerrar a partir de las ocho de la tarde de este lunes, casi sin margen para la previa de San Patricio (el 17 de marzo), la tradicional fiesta en la que cientos de miles de personas se concentran tradicionalmente en los bares de Nueva York, como en otras muchas ciudades de Estados Unidos, para celebrar al patrón irlandés.