Sucedió esta tarde, del martes 21 de junio del 2011, cuando los ánimos de los diputados a la Asamblea Nacional se caldearon por la proposición de la diputada Yelitza Santaella, de retirar a su colega Ojeda de la Comisión Permanente de Culto y Régimen Penitenciario.
Como siempre lo hago, siempre que el tiempo me lo permite, sintonizo el canal de la AN para enterarme de lo que está pasando, sobre todo cuando se trata de temas álgidos y cual no fue mi sorpresa cuando deliberadamente ANTV dejó de transmitir lo que estaba pasando en vivo, para ir a unos comentarios inoportunos de la periodista y el enfoque de la cámara era al escudo nacional.
Ahora yo me pregunto, ¿quién le dio autoridad al canal de la Asamblea Nacional para censurar lo que debemos o no debemos ver o escuchar los venezolanos? Yo como venezolano reclamo mi derecho a estar debida y oportunamente informado, sin censura previa de esa información. Yo no quiero sacerdotes de la información para que medien entre la noticia y el público. Tampoco quiero cirujanos de la información que cercenen lo que ellos creen que el vulgo no debe conocer.
El gobierno comenzó negando la información de los muertos violentos en el país y ya va por negar el derecho a la información veraz y oportuna porque el canal de la AN es el único que transmite lo que allí sucede y que nos interesa a todos los venezolanos, porque allí se debaten los grandes temas nacionales.
Los iluminados de Chávez --comunistas trasnochados-- están llegando tarde a la fiesta de la información. Las élites que se han erigidos como guías del pueblo, sin que nadie los hubiera invitado, le están necegando al pueblo su razón de ser. Nadie puede acallar la conciencia de un pueblo que creció en democracia y sabe lo que eso significa.