El gobierno de Barack Obama acusó el jueves a Irán de acordar un "convenio secreto" con una facción de al-Qaida que suministra dinero y reclutas para lanzar ataques en Afganistán y Pakistán. El Departamento del Tesoro designó a seis miembros de la unidad como terroristas sujetos a sanciones estadounidenses.
El anuncio fue formulado pese a que hay desacuerdos en las agencias de espionaje estadounidenses sobre la magnitud de los vínculos directos entre el gobierno iraní y al-Qaida, dijeron funcionarios. La mayoría de los analistas coincide en que hay una relación turbia entre ambos y al menos cierta cooperación.
Pero las afirmaciones del jueves van más allá. El Tesoro dijo que su exposición del acuerdo clandestino dificultará las operaciones de al-Qaida al arrojar luz sobre el papel de Irán como un "punto de tránsito crítico" para dinero y extremistas rumbo a Pakistán y Afganistán. "Esta red sirve como el conducto principal por el que al-Qaida moviliza dinero, intermediarios y agentes desde el Oriente Medio hasta el sur de Asia", se afirma en un comunicado.