
Bilal Philips, nacido en Jamaica y educado en Canadá, tendrá que abandonar el país antes del sábado por la noche y no podrá volver a ingresar. De lo contrario, se iniciará un proceso jurídico en su contra. Las leyes migratorias alemanas permiten la expulsión de extranjeros por "incitar al odio contra parte de la población" y defender la violencia contra grupos.
La orden de expulsión se basa en unas declaraciones realizadas por el clérigo radical en las que exigía la pena de muerte para los homosexuales, y en el temor de que volviera a repetirlas.