Desde el 28 de agosto, al menos 50.000 profesores no impartirán clase en los colegios de Chile como medida de presión al Gobierno de Sebastián Piñera para que cumpla con “11 demandas tendientes a mejorar las condiciones laborales del profesorado y avanzar hacia una educación democrática, integral y no estandarizada”, según expresa el Colegio de Profesores de Chile en su página web.