El informe de Alberto Nisman, el fiscal especial argentino encargado de investigar el ataque terrorista a la sede de la Asociación Mutual Israelita (AMIA) en Buenos Aires -que en 1994 acabó con la vida de 85 personas e hirió a otras 300-, en el que se alertaba de la presencia de cédulas extremistas en al menos 12 países de la región, reavivó el pasado mes de junio el debate sobre la presencia y el grado de la amenaza de la milicia libanesa chií Hezbolá en América Latina.