Ninguna mujer, evangélica o no evangélica, debe permitir que nadie le ponga la mano sobre su cuerpo, la insulte verbalmente o la acose psicológicamente, haciéndole perder la paz de su corazón y la estabilidad mental y emocional. Eso tiene un nombre y se llama abuso y tiene que ser denunciado, así el agresor sea el reverendo más renombrado.
Le sucedió hace poco a Juanita Bynum en Atlanta, Georgia, una de las teleevangelista negras de mayor renombre en los Estados Unidos, quien se tutea con Oprah y es admirada por Aretha y quien recientemente decidió darle su apoyo al precandidato negro a la presidencia de los Estados Unidos por los demócratas, el senador Obama.
El esposo de Juanita, el también ministro Thomas W. Weeks III, quien actualmente enfrenta cargos criminales, la atacó en estacionamiento de un hotel en Atlanta el mes pasado, la trató de estrangular y la pateó, a raíz de cuyo episodio la teleevangelista decidió divorciarse.
El incidente impactó a la comunidad femenina en Atlanta, sobre todo a las mujeres negras, quienes veían en la pareja un modelo a seguir, más que todo porque seguían las predicaciones de Juanita quien decía que "solamente la castidad y el propio respeto podrían llevar al verdadero amor", pero internamente estaba viviendo un infierno con su pastor esposo.Foto: la de la izquierda es Juanita Bynum, en un culto en la iglesia que dirige en Atlanta.