La consulta médica no duró más de 20 minutos. Como si se tratase de la entrada a un cuartel, comienza con el registro del nombre, apellido, edad y zona donde vive, datos exigidos en un tono con volumen suficiente como para intimidar y escucharlo afuera, en la pequeña sala de espera que se amolda a la estructura octogonal de los emblemáticos módulos de salud de la Misión Barrio Adentro.