Los anuncios que aparecieron en un periódico local prometían un sueldo mensual de 1,200 dólares –incluyendo comida y vivienda– por cuidar niños y ancianos en el norte de California. Pero era una trampa: varios inmigrantes sin documentos terminaron siendo víctimas de una banda que los forzó a trabajar hasta 24 horas al día; para evitar que los denunciaran, les confiscaron pasaportes y los amenazaron con reportarlos con las autoridades migratorias para que los deportaran.