Durante los cincuenta años que lleva el dictador Fidel Castro en el poder en Cuba, han sido miles los cubanos que, arriesgando lo más preciado que tiene un ser, la vida, han decidido cruzar el estrecho de la Florida, para intentar llegar a las costas de los Estados Unidos. Algunos han corrido con suerte y han vivido para contarlo, pero otros, la mayoría, hombres, mujeres y niños, murieron en las fauces de los tiburones.
Otros, sopesando tal vez los riesgos que esta aventura conllevaba, lo han pensado mejor y, fingiendo plegarse a las políticas del gobierno cubano de exportar técnicos en medicina, o entrenadores deportivos, o agentes de inteligencia y espionaje, se han "integrado" al sistema y han vivido enmascarados toda una vida, hasta que la oportunidad de volar a un país libre llega y allí, después de un tiempo de ambientación, deciden poner en práctica el plan inicial de vida:desertar a un país libre de dictadura y de represión.
Esto fue lo que sucedió con estos tres boxeadores, campeones olímpicos: Odlanier Solís (peso pesado), Yan Bartelemí (minimosca) y Yuriorquis Gamboa (pluma), quienes desertaron en diciembre del año pasado desde Venezuela, cuando entrenaban junto a sus similares de Venezuela para los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro y se refugiaron en Colombia. ¿POR QUE DESERTAN? Si la cosa está tan buena en Cuba, como dice el gobierno cubano. Si Cuba es un paraíso en la tierra. Si todo lo que el capitalismo no ha podido construir en ninguna parte del mundo, con todo el dinero que maneja, todo eso y más está en Cuba, entonces, ¿por qué desertan los cubanos, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus familiares en la misma isla?. Los ciudadanos de los países libres si deciden mudarse de país, o hacer de su vida un saco, según lo hayan estimado conveniente, bien lo pueden hacer y el Estado nada tiene que decir de ésto, siempre y cuando todos estos movimientos no afecten la convivencia normal de los ciudadanos. Pero usted nunca verá en un país libre y civilizado que los aparatos del Estado estén detrás de los ciudadanos para evitar que se marchen del país, como sucede en Cuba. __________________________________________
Arriban a Miami los tres boxeadores cubanos desertores By JORGE EBRO El Nuevo Herald No han tirado el primer golpe y ya comenzaron a ganar. Luego de casi tres meses de espera, al fin se encuentran en Estados Unidos los tres campeones olímpicos de la selección cubana de boxeo que desertaron el año pasado en Venezuela. Odlanier Solís, Yan Bartelemí y Yuriorquis Gamboa llegaron anoche al Aeropuerto Internacional de Miami en un vuelo procedente de Colombia, a donde habían escapado a fines de diciembre. ''Para ellos es un sueño hecho realidad'', expresó Irichelle Durán, vocera de la firma GSMG Sports, que firmó un contrato de representación con los cubanos. ''Esperan debutar aquí en Miami delante de su público como la mejor forma de comenzar su carrera en el profesionalismo'', apuntó. El pesado Solís, el minimosca Bartelemí y el pluma Gamboa abandonaron poco antes del Día de Navidad del pasado año una selección que entrenaba junto a su similar de Venezuela para los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro y se refugiaron en Colombia. Tras llegar a ese país, los tres pidieron visas para ingresar a Estados Unidos, pero inicialmente ese pedido les fue negado el 22 de febrero a pesar de presentar pruebas de que su destino final era Alemania. Bajo la guía del apoderado Tony González --presidente de GSMG Sports--, Solís firmó un acuerdo de promoción con la empresa alemana First Artist, mientras que Bartelemí y Gamboa lo hicieron con la también entidad germana Arena Box por cifras millonarias que no fueron reveladas. De hecho, tras participar en una cartelera aún por definir en Miami u otro lugar del país, los boxeadores viajarán a la ciudad de Hamburgo, donde piensan establecer su cuartel general. De este grupo, el habanero Solís (más de 91 kilos) despertó interés inmediato por sus tres títulos mundiales, doble panamericano y su faja de Atenas, así como por ser el hombre que sustituyó al legendario Félix Savón --tres veces campeón olímpico-- en la poderosa escuadra antillana. Sin contar con puños como los de Savón o Teofilo Stevenson, Solís --de 26 años-- posee una inusual rapidez de manos y piernas para un hombre de su división, y nunca tuvo rival en el ámbito amateur. Por su parte, el capitalino Bartelemí (48 kg) y el guantanamero Gamboa (57 kg), de 26 y 25 años, respectivamente, representan a los típicos pugilistas cubanos de los pesos pequeños que suelen combinar una depurada técnica con una eficaz pegada. ''Los tres no dejaron de entrenar ni un momento y están listos para entrar en acción'', indicó Durán. ``Aunque su proceso de visado se demoró un poco, todo terminó de la mejor manera posible''. González, quien durante más de una década ha representado a boxeadores latinoamericanos en Estados Unidos, confía en que los tres logren escalar rápidamente en los rankings del pugilismo rentado. ''Entre todos, cuentan con más de 1,000 peleas de experiencia'', explicó el entrenador de boxeo, Roberto Quesada, quien durante años preparó a boxeadores antillanos. ``Solís es el que más expectativas despierta. Tal y como anda la división pesada, un hombre como él, con la preparación debida, puede hacer impacto bien pronto''. La presencia de los púgiles cubanos podría significar una inyección de energía para el boxeo, que se encuentra en uno de los momentos más bajos de su historia y necesita de nuevas figuras. ''Los tres van a ser una sensación a nivel internacional y existe mucha expectativa por verlos en acción'', recalcó Durán. ``Son hombres probados encima del ring y no hay duda de que les aguarda un camino lleno de triunfos por delante''.
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