Negar que en Cuba se está produciendo una transformación de la economía y la sociedad solo puede responder al propósito de construir ficciones oficiales u opositoras. Desde los 90, Cuba se mueve en la dirección del mercado y el pluralismo y esa tendencia no ha hecho más que acelerarse con las medidas de los dos últimos años: entrega de tierras en usufructo, compra y venta de automóviles y viviendas, multiplicación del trabajo por cuenta propia, apertura de fuentes de crédito para las empresas, inversión extranjera directa, reforma migratoria.