Con tantas leyes y reformas educativas en nuestro país, el tema de la sexualidad sigue impartiéndose en los colegios como hace 50 años, es decir, se reduce a unas charlas esporádicas en las que una persona ajena al centro escolar se acerca para hablar de sexo. Las que yo recibí cuando era estudiante --dice la periodista-- iban acompañadas de diapositivas bastante cursis –una espiga que derramaba sus semillas, una pareja caminando de la mano hacia el ocaso– y eran tan incomprensibles como las explicaciones de los políticos sobre cómo saldremos de la crisis.