Miguelianos, Romanones, Astorga... El sexo sigue persiguiendo a la Iglesia católica. En España, y el resto del mundo. También en el Vaticano donde, pese a los intentos del papa Francisco, se sigue poniendo trabas al fin de los abusos y la dinámica de silencio. En España, a pesar de los focos que se han ido poniendo, todavía es imposible conocer la dimensión exacta de este problema.