Un grupo de arqueólogos israelíes cree haber descubierto las ruinas del palacio del rey David en la ciudad fortificada de Khirbet Qeiyafa, al oeste de Jerusalén. En el perímetro del palacio, un gran complejo fortificado de 1.000 metros cuadrados, los investigadores hallaron varios espacios cerrados donde se han encontrado vestigios de una industria de metal, recipientes especiales de cerámica y fragmentos de vasos de alabastro que fueron importadas de Egipto. Los arqueólogos hallaron cientos de piezas, incluyendo objetos religiosos, sellos, vasijas y herramientas típicas de la época.