Un par de agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) llegaron al búnker de la Fiscalía confiados de que Marlon Marín Marín y Fabio Simón Younes accederían a hablar con ellos sobre el embarque de 10 toneladas de coca que le iban a enviar a la mafia mexicana.