Cuando David Herrada fue nombrado en 2017 cónsul de Bolivia en la ciudad peruana de Ilo, pensó que convertir aquel puerto en el principal punto de entrada y salida de productos de su país iba a ser una tarea simple. Después de todo, los bolivianos ya contaban con un trozo de costa a menos de 20 minutos en automóvil, una franja de cinco kilómetros de largo y menos de un kilómetro de ancho que Perú le cedió al país vecino en 1992 por 99 años: Bolivia Mar.