Benedicto XVI ha dicho este domingo que la Iglesia necesita una "fuerte renovación", que tiene que "despojarse" de su riqueza terrenal y de su poder político y abrirse a las preocupaciones del mundo y ha asegurado que las épocas de secularización han contribuido a su purificación y a su reforma interior.
En un fuerte y duro discurso pronunciado ante grupos de católicos alemanes con los que se reunió en Friburgo (suroeste) el papa Ratzinger ha afirmado que desde hace decenios se asiste a un descenso de la práctica religiosa y se constata que una parte de los bautizados abandonan la Iglesia.