Es la inflación más alta en América Latina, dicen los entendidos en la materia. Esto significa, en palabras más digeribles, que la mayor parte del dinero que un empleado adquiere, como producto de su trabajo, se va volando sin que se sepa en qué se gastó, eso es inflación.Todo cuesta más cada vez y con lo que se gana se resuelve menos.
El gobierno del teniente coronel, con todo el chorro de millones de dólares producto de la venta de petróleo; con todas las reservas que dice tener; con todo el circulante que hay en las calles; con todos los controles que ha establecido para evitar la fuga de capitales; no ha podido frenar el gusano que devora los sueldos de los trabajadores.
Algo no anda bien en la economía venezolana, hay mucho dinero en la calle, hay mucha liquidez, que da la sensación de riqueza en la población, pero es una ilusión que se desvanece en los mercados cada mañana.
LA BANCA
La banca en Venezuela ha sido la que más se ha beneficiado del gobierno del teniente coronel. A pesar de la "glosalalia" del militar y de los discursos encendidos, donde pone como referencia a Marx o a Lenin, o a Fidel, el dinero y sus beneficios están del otro lado, del lado del mercantilismo, de la usura, de la oposición, del capitalismo, de la oligarquía.
Para la banca, igual que sucede con los Estados Unidos, el teniente coronel puede decir misa, si las ganancias siguen siendo suculentas y no hay cambios sustanciales en la manera en que este negocio opera en el país, que siga hablando de lo que quiera.
No ha habido una época tan floreciente para la banca privada en Venezuela, como estos ocho años de gobierno del teniente coronel, que oscila entre el socialismo, el autocratismo, con tintes fuertes de comunismo, que se evidencia en un control del Estado de todo cuanto se mueve y de una centralización nefasta donde el Estado se convierte en el dueño y señor de las riquezas y el grupito de iluminados, sus administradores.
Las industrias norteamericanas del automóvil no ha vendido tantos coches ahora como en los gobiernos democráticos anteriores, que los partidarios del teniente coronel suelen llamar la IV República. Ahora en Venezuela, si usted quiere comprar un automóvil, tiene que anotarse en una lista y esperar su turno, porque las ensambladoras no dan abasto.