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lunes, 30 de abril de 2007

Termina el sueño socialista israelí de los kibbutz después de 100 años

La vida es una tómbola, dice la canción, cuando unos se empeñan, por encima de cualquier cosa, en implantar un socialismo trasnochado en algunos lugares, como en Venezuela, los que lo han tenido, después de casi 100 años, deciden por unanimidad eliminarlo.

"El fin del idilio Zionista", titula la revista Time, de donde hago una traducción de este tema, que me pareció importante comentar para ustedes, primero porque es la finalización de un proyecto que no funcionó, aunque se intentó y segundo, que de nada valieron los fundamentos religiosos para propulsar el proyecto.

Dice Time: "Cuando el kibbutz más antiguo de Israel, Degania, anunció que estaba renunciando a sus ideales socialistas y privatizándose --donde los miembros pueden poseer sus casas y ganar salarios basados en cuán duro trabajaron--, pocos estuvieron felices, excepto los mismos miembros de los kibbutz".

"Para muchos israelitas, Degania fue el símbolo de los días rosa, el idilio zionista del trabajo honesto y la camaradería. Pero para estos quienes lo llaman hogar, el kibbutz ha llegado a ser un anacronismo tan rústico como los estropeados instrumentos de trabajo, mostrados a los turistas".

Degania, la cual había sido fundada en 1910 por doce judíos que escapaban de la persecusión rusa, era el lugar ideal. Ese tesoro era la propia autoimagen de Israel. Después de la independencia en 1948, los miembros de los kibbutz eran vistos como la nueva raza de israelitas.

El sueño terminó y terminó porque la nueva generación de israelitas está mirando más hacia el individualismo del capitalismo, que hacia una vida compartida, a la antigua usanza implementada dentro de los kibbutz.
La fotografía es cortesía de Time Magazine.