Muchos especialistas consideran que luchar contra la libre circulación de información en Internet es como intentar poner puertas al campo. Quizás lo crean también así las autoridades chinas, que han visto cómo el auge de la Red y en especial de los microblogs (servicios de mensajes cortos) ha transformado completamente la forma en que los chinos se comunican y se informan.
Pekín se las ve y se las desea para mantener el control que tenía sobre lo que podían leer, ver y escuchar sus ciudadanos cuando solo existían los medios de comunicación tradicionales; porque, a pesar de que emplea a miles de personas para bloquear páginas web, publicar mensajes favorables al Gobierno y borrar opiniones en los foros, los censores van a remolque de lo que circula en la Red. Cuando actúan, la información, en forma de comentarios, fotos o vídeos, ya ha llegado a mucha gente.