Durante estos días de Semana Santa muchas personas en diferentes partes del mundo se autoflagelan como sacrificio delante de Dios, como sucede en Filipinas. Otras caminan descalzas varios kilómetros vestidas de morado para pagar alguna promesa que le han hecho a Dios. Aún otras caminan de rodillas, infligiéndose fuertes dolores y daños corporales para demostrarle a Dios arrepentimiento. No obstante, para ser aceptos delante de Dios el camino es más sencillo y menos doloroso. Te tengo una buena noticia: hubo alguien quien ya pagó por ti. Tú no tienes que pagar nada. No tienes que hacer nada. Todo lo hizo Jesús cuando murió por ti en la cruz. La deuda está saldada. Sólo tienes que reconocer el sacrificio de Jesús como el camino establecido por Dios para reconciliarnos con Él. En este mismo momento puedes ser libre y comenzar a vivir una vida plena en Jesucristo, si lo reconoces como tu salvador personal. Aprovecha este tiempo de recogimiento espiritual para reconciliarte con Dios por medio de Jesucristo.