259 personas murieron entre 2011 y 2017 tratando de tomarse una selfie en situaciones extremas, según un estudio global de 2018. Investigadores de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos recomiendan crear "zonas prohibidas para selfies" en sitios peligrosos para reducir el número de muertos. Estos incluyen cimas de montañas, edificios altos y lagos, donde se produjeron muchas de las muertes.