"¿Quieres un té?", pregunta Ingrid Betancourt. Acto seguido, sirve una sola taza. "No puedo tomar ni cafeína ni teína, mi hígado está muy dañado, es un recuerdo de la selva", añade. Han pasado cinco años desde que la excandidata a la presidencia de Colombia fuera liberada tras pasar casi siete años secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Se encontraba en campaña para los comicios de 2002 cuando fue capturada por el grupo guerrillero en los alrededores de San Vicente del Caguán, en el suroeste del país.