En 1988 el geólogo de la Universidad de Chile, Patricio Sepúlveda, estudiaba rocas pétreas al sur de la mina Mantos Blancos cuando identificó restos fósiles de un animal prehistórico. Posteriormente los envío a las bodegas del Museo de Historia Natural en Santiago. "Cuando empecé mi carrera en los años ochenta, el tema de la paleontología de vertebrados era casi desconocido en Chile. Pero tuve la suerte de trabajar con un geólogo americano que vino al país, con el que aprendí a reconocer huesos. Como en ese entonces, muy pocas personas sabían de esto los trasladé para conservarlos en el museo", sostuvo el investigador nacional a El Mercurio de Antofagasta.