Con sus más de 13.000 km2, el Lago de Maracaibo no solo es el más extenso, sino también uno de los más sucios de toda América del Sur. Pese a lo legendario y representativo se ha convertido en un cementerio de desechos. Dentro de sus aguas dulces se han depositado, a lo largo de los años, un sinfín de basura, desechos domésticos e industriales que vierten las 24 horas del día.