La polémica desatada por la publicación de una obra oficial que omite calificar a Franco de dictador y describe su régimen como “autoritario” aunque no “totalitario”, obligó el jueves a su editora, la Real Academia de la Historia a mostrar su disposición a rectificar algunas entradas. Se han planteado “críticas legítimas” sobre algunas entradas de la obra en cuestión, el Diccionario Biográfico Español, reconoció la Real Academia de la Historia en un comunicado.
“Puede haber, sin duda, un subconjunto de entradas que necesiten, a la vista del debate, una revisión historiográfica y editorial, suceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel”, admitió la Academia.
Sin embargo, no hace referencia explícita a lo escrito sobre el Caudillo y que desataron una polémica y malestar en el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, que financió el diccionario. La institución busca justificarse diciendo que para esta obra, “cada biografía va firmada, cada autor es responsable de sus textos” y puntualizó que la Academia “no ha querido modificarlas, aunque, a veces, hubiese discrepancias en cuanto al contenido de ellas”.