El presidente Chávez quedó al descubierto ante todo el mundo, que ha seguido y está siguiendo de cerca las relaciones entre Venezuela y Colombia, a veces tumultuosas, como las de algunas parejas, a veces citadinas: los servicios secretos colombianos acaban de descubrir que el corresponsal de Telesur en Colombia, Freddy Muñoz Altamirano, es miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y más, es del entorno íntimo del comandante del frente 37 de las Farc, "Martín Caballero".
¿Qué importancia puede tener esta noticia? Pues muy sencillo, es muy importante para las relaciones colombo-venezolanas, porque el presidente Chávez se sienta en una mesa con Uribe para dialogar sobre los problemas comunes de las dos naciones, mientras que por la espalda le está clavando un puñal, no sólo a su colega colombiano, sino a la misma nación neogranadina que lleva varias décadas tratando de solucionar el problema con las guerrillas y ahora queda en claro que ése quien le da la mano en señal de amistad, también esconde una carta debajo de la manga, para proteger a los mismos grupos subversivos que combate colombia y tanta sangre ha costado a la nación.
El presidente bolivariano, como le gusta que lo llamen, no es sincero con su homólogo colombiano. No es sincero con la hermana república de Colombia, fundada por Simón Bolívar y mantiene un doble discurso que deja mucho que desear cuando se trata del representante del gobierno de una nación.