Las noticias falsas y los provocadores han estado presentes durante toda la historia humana pero la era digital les dio un poder que ha sofisticado y amplificado su difusión masiva en internet: el anonimato. En Venezuela, al igual que en otros países, las clases políticas se han aprovechado del alcance en las redes sociales para difundir su propaganda política, desarticular opositores y desviar o confundir la atención de las masas.