Por muchos años ha sido política regular de los países latinoamericanos, o Repúblicas Bananeras, como los norteamericanos suelen denominarlas peyorativamente, entregar en extradición a todos aquellos delincuentes nacionales que tienen cuentas pendientes con los Estados Unidos y me parece bien, siempre y cuando el intercambio sea de parte y parte.
No obstante, tengo 47 años y vamos a decir que desde que tengo uso de razón, no he sabido DE UN SOLO CASO, en el cual los Estados Unidos hayan entregado a uno solo de sus ciudadanos delincuentes a alguna nación latinoamericana, que lo haya solicitado para que pague sus delitos cometidos en nuestros territorios. Pero sí sé que muchos países latinoamericanos han entregado a sus ciudadanos delincuentes en manos de los EE.UU., donde han sido solicitados.
Esta discusión viene a propósito de Posada Carriles, terrorista que está siendo protegido por el gobierno de los Estados Unidos, a pesar de que bombardeó un avión en el cual murieron 73 atletas cubanos y ha hecho algunos otros trabajitos así por el estilo, claro muchos de ellos por encargo de la CIA.
Ahora creo que si los Estados Unidos quiere recuperar el terreno perdido en Latinoamérica, tiene que comenzar por ser cónsono con sus principios, con las leyes internacionales y comenzar a jugar limpio con nuestras naciones.
Ahora tienen en manos un caso muy interesante donde algunas empresas trasnacionales norteamericanas han estado pagando a los Paramilitares colombianos por protección en contra de la guerrilla, pero resulta que ese pago incluye muchos crímenes cometidos por el paramilitarismo.
Son muertos que actualmente Colombia está desenterrando, desmembrados. Jóvenes, niños, adultos, ancianos. Y sin duda, que los responsables materiales de estos crímenes tienen que ir ante la justicia, pero también los criminales de las trasnacionales financistas de los paramilitares colombianos.
Lo curioso de esta historia es que, a pesar de que algunos de los financistas del paramilitarismo en Colombia son trasnacionales norteamericanas, los muertos los pone Colombia y aún así los Estados Unidos son capaces, en una muestra de puro sinismo, de levantar el dedo acusador en contra de Colombia, tildándolos de violar los derechos humanos, cuando saben que parte de esa sangre colombiana derramada por el paramilistarismo, mucha de ella de inocentes criaturas, está sobre las cabezas de algunos de sus ciudadanos.
Fotografía cortesía de El Tiempo de Colombia on line.