Cuando una persona se acerca a Dios,
arrepentida y le confiesa sus pecados para que Dios, en su gran misericordia la
perdone por el sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz del calvario, ese es el principio de un largo camino. No
estoy diciendo que la salvación sea un proceso o dejando entender que la
salvación se logre al final por un “buen comportamiento” de la persona. Nada de
eso. La salvación es un acto conclusivo e instantáneo operado por Dios en la
persona en el mismo momento que confiesa a Jesucristo como su salvador
personal.