El imperio levantado en Chile por el alemán Paul Schäfer con trabajo esclavo, bajo favorables condiciones de exención tributaria, con el beneplácito de la dictadura y la vista gorda de la diplomacia alemana, consta actualmente de miles de hectáreas de terreno, un holding de empresas agrícolas y un centro turístico, entre otros bienes y propiedades. Con el nombre de Villa Baviera, el entramado de sociedades anónimas en que figuran las empresas ABC (Agripalma, Bardana y Cinoglosa), la Sociedad inmobiliaria y de Inversiones Cerro Florido y numerosas subempresas, es administrado por un reducido grupo, principalmente herederos de colaboradores del líder de la secta, fallecido en 2010. "Las empresas benefician a cuatro familias, hijos de los exjerarcas”, dijo a DW el excolono y abogado de las víctimas, Winfried Hempel.