La pornografía sigue siendo un tema controvertido. Diversos experimentos han confirmado el impacto en el cerebro de la estimulación continua del centro del placer mediante el exceso de contenidos sexuales explícitos. Pero, ¿qué es lo que hace en nuestro cerebro exactamente? El alto consumo de pornografía puede alterar la estructura y el funcionamiento del cerebro provocando que surja la adicción o algún tipo de comportamiento adictivo. Tanto mantener relaciones sexuales como visionarlas conduce a la liberación en el cerebro de una sustancia llamada dopamina (responsable de las emociones y los sentimientos de placer).