En Venezuela es común el atropello que reciben los medios que no comulgan con el gobierno, como ha pasado con Radio Caracas Televisión (RCTV), con Globovisión, con Tal Cual y a lo mejor con otros medios de comunicación más, cuyas presiones gubernamentales desconocemos.
Pero es bueno decir también que esto mismo pasa en la República Islámica de Irán, donde ha sido censurada la décima edición de «Sahme Man» (Lo que la vida me ha dado), de la escritora Pari noosh Saniee, la cual no ha obtenido el permiso de reedición por parte del Ministerio de Cultura y Guía Islámica de Irán, con todo y que esta obra la comparan con "Cien años de soledad", tanto por su temática como por su estilo.
De los 659 libros cuya publicación se permitió durante el gobierno de Jatami, 518 fueron considerados inapropiados por legisladores que realizaron un estudio pormenorizado al respecto el año pasado. Las censuras también incluyen periódicos, revistas y medios audiovisuales.
No hay otro camino para las dictaduras sino la represión del pensamiento y no importa el nombre que estas posiciones políticas acojan, ya se llame "Revolución Islámica" o "Revolución Bolivariana" o "Revolución Cubana" o revolución de lo que sea. Las dictaduras temen al pensamiento libre. Huyen de la libre expresión del ser y como se creen rectoras del pensamiento de la población, creen que tienen el deber y el derecho de dictar las cartillas que la población debería leer.