Algo se mueve en las altas esferas del régimen iraní. Los nuevos arrestos de estrechos colaboradores del presidente Mahmud Ahmadineyad han agravado la crisis política y agudizado el pulso que el mandatario mantiene con el líder supremo de la revolución, el ayatolá Alí Jamenei.
Las detenciones han espoleado los rumores sobre la posibilidad de que Ahmadineyad pueda ser obligado a dimitir, al igual que le sucedió al anterior presidente laico, Abul Hasan Bani Sadr, al inicio de la Revolución Islámica.
Según la prensa local, la Policía arrestó en las últimas horas a varios miembros del entorno de Esfandiar Rahim Mashai, cuñado del mandatario y ex jefe de la oficina presidencial. Entre los detenidos se encuentra una persona no identificada a la que se acusa de hechicería. Días antes, efectivos de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite de las fuerzas de seguridad, arrestaron también al ayatolá Abas Amirifar, uno de los clérigos más próximos al presidente.