Carlos Baute es el último famoso en verse las caras con la Agencia Tributaria, que reclama más de 400.000 euros al cantante después de varias inspecciones. En concreto, la cantidad corresponde a una disparidad de criterio en la liquidación de las obligaciones fiscales, puesto que Hacienda no considera válida la sociedad con la que Baute redujo el pago de impuestos generados por su actividad artística.