Más de un año después de que Juan Guaidó jurara el cargo de presidente encargado de Venezuela, y ante la resistencia del régimen de Nicolás Maduro y su intento, sobre todo, de tomar el poder legislativo por la fuerza, el Gobierno de Estados Unidos vuelve a barajar una intervención de tipo militar, con una gran diferencia respecto a 2019: ahora Washington detecta una mayor disposición al uso de la fuerza por parte de sus aliados en América Latina.