Llegan de manera violenta, como si se tratara de una operación tipo comando. Visten de negro y ocultan los rostros con capuchas. Usan armas largas y, en ocasiones, se apoyan en presuntos funcionarios de la Guardia Nacional. "Lo que vivimos no puede ser calificado de otra manera que no sea terrorismo. Nunca había visto algo así. La Piedrita pasó en busca de alguien y aprovechó para robarnos y amedrentarnos. La GN está metida en todo esto, los funcionarios trabajan para La Piedrita", dijo un residente de la pensión Giuseppe, localizada en la parroquia San Juan, al relatar el incidente ocurrido el pasado 8 de marzo.