Todos los periodistas querían hacerle la misma pregunta a la primera dama de Venezuela y diputada por el Estado de Cojedes, Cilia Flores, pero solo uno de ellos tuvo el privilegio. El chavismo, poco acostumbrado a las interrogantes incómodas, que prefiere la propaganda a la información, tuvo que moverse en cada palmo de la Asamblea Nacional con la incómoda presencia de la prensa independiente venezolana, que había sido expulsada por ellos hace cinco años.