
La conmemoración palestina de la "naksa" (retroceso), la pérdida de Jerusalén Oriental, Cisjordania y Gaza tras la guerra de 1967, ha sido muy parecida a la de la "nakba" (catástrofe), el exilio masivo tras la guerra de 1948. De nuevo se ha utilizado como modelo la protesta pacífica que caracteriza las revueltas árabes: la idea consiste en forzar los disparos israelíes, para recordar al mundo, con un puñado de cadáveres, que el conflicto seguía vivo y sin perspectivas de solución.