La distribución de la riqueza global es uno de las pruebas que evidencia las marcadas disparidades económicas en el mundo. Mientras miles de millones de personas luchan por satisfacer sus necesidades básicas, una pequeña élite controla fortunas inimaginables que representan una porción desproporcionada de los recursos globales. En un mundo donde la pobreza extrema -vivir con menos de 2,6 euros al día- afecta a más de 700 millones de personas, según datos del Banco Mundial, estas enormes concentraciones de riqueza plantean preguntas profundas sobre la justicia económica y la equidad en el acceso a los recursos.En lo que respecta al dinero y al lujo, la familia real más rica del mundo es la Casa de Saúd de Arabia Saudita que posee una fortuna estimada en 1,1 billones de libras esterlinas (unos 1,344 billones de euros), superando ampliamente la riqueza combinada de magnates como Elon Musk y Bill Gates, según datos del diario inglés Daily Express. Este patrimonio, además, es aproximadamente 16 veces mayor que el de la familia real británica, cuyo valor se estima en 69 mil millones de libras esterlinas (84,48 mil millones de euros).
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