Encontré mi diario de julio de 1974. No puedo creer los recuerdos de mi asistencia al primer Congreso de Lausana sobre Evangelización Mundial en Suiza. Tenía 27 años y había conocido la vida en Jesús durante menos de cuatro de esos años. Soy judía, así que la fe en Cristo sacudió mi existencia hasta lo más profundo. También inició el viaje que podría conectarnos en Corea del Sur este año. La nota de mi diario del domingo 16 de julio de 1974 decía: "¿Qué estoy haciendo aquí?" Me preguntaba qué estaba haciendo yo, un judío, en una conferencia internacional para cristianos que querían difundir el evangelio. Crecí en el tejido social de la cultura judía estadounidense y la práctica del judaísmo. Mi visión del mundo alguna vez fue: "Los judíos no creen en Jesús". ¡Simplemente no lo hacemos!'. La versión corta de esa transformación comienza en 1970. Los desafíos sociales, políticos y contraculturales de la vida en ese momento me hicieron hacerle a Dios dos preguntas difíciles: '¿Quién eres tú?' y '¿Cómo crees que estoy?' El Dios de Abraham me sorprendió con sus respuestas a mi sencilla oración: '¿Cómo estoy?' ¡Se volvió dolorosamente claro que estoy destrozado! Uf, quería culpar a Dios. 'Está bien, estoy destrozado, pero tú me obligaste. Entonces, ¿qué hiciste para curarme?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario