Cuando murió en su casa en Tübingen, Alemania, el pasado lunes por la mañana a los 98 años, el mundo podría decir con justicia que Jürgen Moltmann fue el principal teólogo cristiano de la segunda mitad del siglo XX. Había defendido la teología de la liberación desde América del Sur y luego la importó con éxito a Occidente. Había inaugurado una “teología de la esperanza” escatológica y subrayado recientemente el papel del Espíritu Santo en la teología protestante y católica dominante por igual. Su libro de 1973, El Dios crucificado , había conseguido un seguimiento casi instantáneo entre los cristianos evangélicos de ambos lados del Atlántico, y la lista completa de la producción literaria de Moltmann es deslumbrante.Yo fui el último estudiante de doctorado en el extranjero de Moltmann y fuimos amigos cercanos durante 33 años. El miércoles volaré a Alemania para asistir a su funeral y al entierro en Tubinga. Pero hoy quiero compartir con ustedes un vistazo de su extraordinaria y fiel vida.
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