La longaniza es de Chillán. Así lo determinó el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) tras otorgar la denominación de origen al que es el tercer embutido más consumido en el país, cuyo origen se remonta al siglo XIX en España, pero que con el pasar de las décadas, fue adquiriendo su propio sabor en Chile, convirtiéndose en uno de los productos más populares. La denominación de origen (D.O) es un signo distintivo que identifica un producto como originario del país, de una región o una localidad, según explicó Inapi. Este sello permite la protección de aquellos productos chilenos que cuentan con una alta vinculación local. Así, tras el trabajo de un grupo de productores cecineros de la Región de Ñuble, con el apoyo de Inacap y de otras instituciones públicas y privadas, lograron que la longaniza de Chillán ingresara a la lista de productos que hoy cuentan con este sello.
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