En 1942, Brunhilde Pomsel se convirtió en la taquígrafa del Ministerio de Propaganda hasta los últimos días de la Segunda Guerra. Infobae Cultura publica el primer capítulo de su relato, que inspiró el premiado documental “Una vida alemana”. Capítulo 1: "Los recuerdos de Brunhilde Pomsel comienzan de forma algo imprecisa con el estallido de la Primera Guerra Mundial, en agosto de 1914, cuando ella tenía tres años. Su madre recibió entonces un telegrama inesperado: su marido debía partir al frente con uno de los primeros contingentes de reclutas. La familia tuvo que ir precipitadamente en coche de caballos a la estación de Potsdam para despedir al padre, que al cabo de cuatro años de guerra, en noviembre de 1918, volvió a casa sano y salvo".
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