Cuando el presidente Donald Trump sugirió de forma irresponsable inyectar desinfectante o aplicar blanqueador o cloro como tratamiento contra el coronavirus, hubo quienes se lo tomaron muy en serio, como los administradores de algunas de las cárceles para inmigrantes detenidos por la Oficina para el Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Y es que inmigrantes recluidos en dos centros de detención de ICE han denunciado que todos los días son prácticamente fumigados con un desinfectante que les causa irritación de piel y ojos, sangrado de nariz, náuseas y dolores de cabeza.
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