Pocas personas tienen los honores de los que gozan en Hispanoamérica los llamados libertadores, los militares y hasta sacerdotes que se alzaron contra la Corona española con motivo del derrumbe de la autoridad real por la invasión francesa y la humillación de Carlos IV y Fernando VII ante Napoleón Bonaparte. En 1808 comenzó en los virreinatos americanos una serie de revueltas, guerras y matanzas que no concluyeron en la batalla de Ayacucho de 1824, ya que en muchos lugares prosiguieron.
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