Agarraron al jefe!". La alarma cundió el viernes en la noche dentro de la organización de Alex Saab, todopoderoso empresario colombiano, de 49 años, estrechamente vinculado con Nicolás Maduro y con la revolución bolivariana. Testaferro del primero, según Estados Unidos y la fiscal legítima venezolana, Luisa Ortega, y operador clave en el exterior para la segunda. Un "golpe casi mortal", se congratulaba ayer la oposición democrática. Su avión privado Bombardier Global, un jet de lujo, hacía escala en Cabo Verde, recién llegado de Caracas y con destino a Moscú y Teherán, con la misión de canalizar una nueva transfusión de gasolina desde Irán.
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